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29 marzo 2011

DESDE JAPÓN mensaje de Megumi

Megumi vive en Tokio y es traductora, habla cinco idiomas (japonés, inglés, francés, español y hebreo). En estos momentos está colaborando como voluntaria de traductora para varias ongs internacionales en la zona del desastre en Japón. 

Todas vuestras voces de amor y apoyo están llegando aquí. He leído
todos vuestros mensajes, pero siento no poder responder a cada uno
personalmente. Todos sentimos que estáis con nosotros.
Gracias.
Gracias.

Queridos amigos,
Tengo otro favor que pediros.

Desde anoche empezamos a reunirnos entre amigos a las 21h en Japón para orar y meditar.

Creo en el poder de la meditación y la oración.

Es la forma más fácil y más poderosa para conectarnos a todos.

Hay dos puntos en los que nos podemos enfocar. En primer lugar, NO nos centramos en la desdicha personal. Nos centramos en sanar a toda la humanidad, en toda la existencia y todo el planeta Tierra. En segundo lugar, nos centramos en transformar la ultranegativa energía radiactiva en la ultrapositiva energía del amor .

La energía no se destruye, pero puede transformarse.

En la práctica, esto es lo que hacemos: en primer lugar, abrimos nuestro corazón. A continuación, visualizamos a la Tierra cubierta con luz dorada que entra en toda existencia individual hasta que la Tierra comienza a brillar por sí misma, y rezamos para que una sustancia de hielo azul enfríe el reactor nuclear y lo convierta en la cosa más bella que cada uno pueda imaginar. (¡Un amigo lo transformó en una hermosa rosa roja!)

Podéis hacerlo de otro modo, pero es importante centrarse en lo mismo a cada momento.

Incluso si no cree en ello, por favor, inténtalo. Quedan muy pocas cosas que se puedan hacer y una de las mejores es ésta.

No sé cuánto tiempo nos queda, pero como dijo Martin Luther King: "Aunque el mundo se fuera a acabar mañana, todavía hoy plantaría un árbol". Y esta es mi manera de plantar el árbol. Por favor, únete a nosotros!

A las 14h (hora española), durante 15 minutos.  (Y   12 h   no Brasil - durante 15 minutos)

Me dicen que ahora mismo me vaya del país o hacia el sur de Japón. Pero siento que estoy en el lugar adecuado en el momento adecuado.

Por favor, envía la convocatoria de esta oración/meditación a tus amistades. ¡¡Gracias!!

Con amor,

Megumi

DESDE JAPÓN NOS CUENTAN


Una mujer del extranjero me llamó al móvil. Dijo que quería conectarse con cualquier persona que estuviera en Japón, y por ello marcó el código del país y su propio número de móvil, que resultó ser el mismo que el mío. No acababa de entender todo lo que decía, porque era inglés, pero sabía lo suficiente como para saber que ella realmente quería apoyar al pueblo japonés. Realmente me dio tanta esperanza.

Ayer por la noche cuando estaba caminando a casa (ya que todo el tráfico se había detenido), vi a una anciana en una panadería. Había pasado totalmente la hora de cierre, pero ella estaba dando pan gratis. Incluso en momentos como éste, la gente estaba tratando de encontrar lo que podían hacer y eso llenó de calor mi corazón.

En el supermercado, donde cayeron artículos de los estantes, la gente recogía las cosas, con tanto orden y luego tranquilamente hacían cola para comprar alimentos. En lugar de crear pánico y comprar todo lo que necesitaban, compraban lo menos posible. Me sentía orgullosa de ser japonesa.

Cuando iba caminando hacia casa, durante 4 horas, había una señora con un cartel que decía: "Por favor, usen nuestro baño." Abrían su casa para que la gente fuera al baño. Era difícil no echarse a llorar, al ver la calidez de la gente.

En Disneyland estaban dando caramelos. Las niñas de la escuela secundaria estaban cogiendo tantos que pensé, "¿Qué?" Pero al minuto siguiente, corrieron hacia los niños en el lugar de evacuación y se los entregaron. Fue un gesto dulce.

Mi compañero de trabajo quería ayudar de alguna manera, aunque fuera a una sola persona. Así que escribió un letrero: "Si te va bien ir en moto, puedo llevarte a casa." Estuvo allí de pie en el frío con ese cartel. Y entonces vi que llevaba a un señor a casa, ¡hasta Tokorozawa! Me emocioné. Sentí que yo también quería ayudar a otros.

Un chico de la escuela secundaria se salvó porque se subió encima del tejado de una tienda durante la inundación. La inundación llegó tan de repente, que solo vio gente bajo él, tratando de subir frenéticamente hasta el tejado y siendo llevados por la inundación. Para ayudar a los demás, siguió filmando para que sus seres queridos pudieran ver. Todavía no había podido llegar a sus propios padres, pero dice, "No es culpa de nadie. No hay nadie a quien culpar. Tenemos que ser fuertes."

Hay falta de gas ahora y muchas estaciones de gasolina están cerradas o hay colas muuuuy largas. Me preocupé, porque iba detrás de 15 coches. Por último, cuando llegó mi turno, el hombre sonrió y dijo: "Debido a esta situación, sólo estamos dando gas por valor de $ 30 a cada persona. ¿Está bien?" "Por supuesto que está bien. Me alegro de que todos podamos compartir", le dije. Su sonrisa me alivió mucho.

Vi a un niño que daba las gracias a un empleado de transporte público, diciendo: "Muchas gracias por esforzarse para poner en marcha el tren la pasada noche." Hizo que al empleado le salieran las lágrimas, y a mí también.

Un amigo extranjero me dijo que se sorprendió al ver una larguísima cola tan ordenada detrás de un teléfono público. Todo el mundo esperó con paciencia para usar el teléfono a pesar de que todo el mundo estaría ansioso por llamar a su familia.

¡El tráfico era horrible! Sólo un vehículo podía moverse hacia adelante con la luz verde. Pero todo el mundo conducía con tanta calma. Durante el viaje de 10 horas (que sólo tomaría 30 minutos normalmente) el único grito que oí fue un grito de gracias. Fue un tiempo terrible - pero a la vez un tiempo de calor y me hizo amar más Japón.

Cuando estaba esperando en el andén, cansada y agotada, una persona sin hogar llegó a nosotros y nos dio un trozo de cartón para sentarnos. A pesar de que por lo general los ignoramos en nuestra vida diaria, ellos estaban listos para servirnos.
Suntory (una compañía de zumos) está dando bebida gratis, las compañías telefónicas están creando más puntos wi-fi, 1.000.000 de fideos fueron distribuidos por una empresa de alimentos, y todo el mundo está tratando de ayudar de la mejor manera posible. Nosotros, también, tenemos que ponernos de pie y dar lo mejor de nosotros.

Siempre que nos quedamos sin luz, hay gente trabajando duro para solucionarlo. Cada vez que se va el agua, hay gente trabajando para solucionar eso también. Y cuando hay un problema con la energía nuclear, hay gente tratando de arreglar eso. No se arregla por sí mismo. Mientras esperamos recuperar el calor cuando hace frío o tener agua corriente, hay gente arriesgando su vida para arreglarlo para nosotros.

Una anciana dijo, en un tren: "Los apagones no son un problema para mí que estoy acostumbrada a apagar las luces y ahorrar electricidad para este país. Por lo menos, esta vez no tenemos bombas volando sobre nuestras cabezas. Yo... estoy dispuesta de apagar mi luz y contenta de hacerlo! " Nadie a su alrededor pudo decir una palabra por respuesta.

En una zona, cuando volvió la electricidad, la gente se alegró. Y entonces alguien gritó: "Tenemos electricidad porque seguramente otra persona ahorró la suya. Muchas gracias a TODOS los que ahorraron electricidad para nosotros Gracias a todos!"

Un hombre de edad dijo en el refugio de evacuación "¿Qué va a pasar ahora?" Y entonces un joven de secundaria sentado a su lado, dijo, "No te preocupes! Cuando seamos mayores, prometemos arreglarlo de nuevo!" Al decir esto, acariciaba la espalda del hombre mayor. Cuando escuché esta conversación, me sentí esperanzada. Hay un futuro brillante, al otro lado de esta crisis.



A letter from Japan

Hello My Lovely Family and Friends,
Things here in Sendai have been rather surreal. But I am very blessed to
have wonderful friends who are helping me a lot. Since my shack is even
more worthy of that name, I am now staying at a friend’s home. We share
supplies like water, food and a kerosene heater. We sleep lined up in one
room, eat by candlelight, share stories. It is warm, friendly, and
beautiful.

During the day we help each other clean up the mess in our homes. People sit
in their cars, looking at news on their navigation screens, or line up to
get drinking water when a source is open. If someone has water running in
their home, they put out sign so people can come to fill up their jugs and
buckets.

Utterly amazingly where I am there has been no looting, no pushing in
lines. People leave their front door open, as it is safer when an
earthquake strikes. People keep saying, “Oh, this is how it used to be in
the old days when everyone helped one another.”

No one has washed for several days. We feel grubby, but there are so much
more important concerns than that for us now. I love this peeling away of
non-essentials. Living fully on the level of instinct, of intuition, of
caring, of what is needed for survival, not just of me, but of the entire
group.

There are strange parallel universes happening. Houses a mess in some
places, yet then a house with futons or laundry out drying in the sun.

People lining up for water and food, and yet a few people out walking
their dogs. All happening at the same time.

Other unexpected touches of beauty are first, the silence at night. No
cars. No one out on the streets. And the heavens at night are scattered
with stars. I usually can see about two, but now the whole sky is filled.

The mountains are Sendai are solid and with the crisp air we can see them
silhouetted against the sky magnificently.

And the Japanese themselves are so wonderful. I come back to my shack to
check on it each day, now to send this e-mail since the electricity is on,
and I find food and water left in my entrance way. I have no idea from
whom, but it is there. Old men in green hats go from door to door checking
to see if everyone is OK. People talk to complete strangers asking if they
need help. I see no signs of fear. Resignation, yes, but fear or panic,
no.

They tell us we can expect aftershocks, and even other major quakes, for
another month or more. And we are getting constant tremors, rolls, shaking,
rumbling. I am blessed in that I live in a part of Sendai that is
a bit elevated, a bit more solid than other parts. So, so far this area is
better off than others. Last night my friend’s husband came in from the
country, bringing food and water. Blessed again.

Somehow at this time I realize from direct experience that there is indeed
an enormous Cosmic evolutionary step that is occurring all over the world
right at this moment. And somehow as I experience the events happening now
in Japan, I can feel my heart opening very wide. My brother asked me if I
felt small because of all that is happening. I don’t. Rather, I feel as
part of something happening that much larger than myself. This wave of
birthing (worldwide) is hard, and yet magnificent.

With Love in return, to you all